Hace unos días lanzaba una pregunta en mis canales digitales a la que muchos habéis respondido dando vuestra opinión al respecto -¡muchas gracias!- Os preguntaba por esos gurús, mentores, coachers y otros expertos que han proliferado en estos tiempos de pandemia, crisis económica e incertidumbre generalizada, como hacía tiempo que no veíamos.
Sí, ya sabéis, me refiero a esos ‘salvadores’ que aparecen en redes sociales con el ilusionante reclamo de ayudarnos a lograr nuestros objetivos gracias a su experiencia y conocimiento. Una promesa que, en muchas ocasiones, llega empaquetada en forma de infoproducto, en modo ebooks, webinars, talleres online y otros formatos. Os preguntaba por ellos y por si pensabais quede verdad ese tipo de recetas ‘express’ pueden resultar de utilidad.
Confieso que, al plantearos esta cuestión, quise ser un tanto provocador. Me interesaba mucho conocer vuestra opinión, pulsar vuestro parecer sobre una función que yo sí, estoy convencido, (ahora ‘me mojo’ yo), que puede prestar una ayuda vital en una época en la que muchas personas, (y muchas empresas), han perdido el foco y se han visto sobrepasadas por los acontecimientos.
Me explico. Uno de los efectos más nocivos de la incertidumbre es que provoca bloqueo. El miedo, la inseguridad y la sensación de que el suelo se mueve (o que, directamente, desaparece), bajo sus pies lleva a la persona a la parálisis. Una posición muy peligrosa porque desde ella es imposible avanzar. El profesional deja de hacer lo que debería estar haciendo no porque no sepa o pueda, sino porque se siente desorientado y perdido.
A veces, un pequeño empujón es lo único que se necesita para salir de esa tierra de nadie. Un ligero toque de atención que lo sitúe en la dirección adecuada y ponga de nuevo los motores en funcionamiento
Esa es la función de un buen mentor o business trainer. Acompañar y guiar al profesional, a lo largo de un plan de trabajo, siempre desde el “hacer”, ayudándole a marcarse y cumplir con sus propios objetivos, y, en definitiva, ayudándole a sacar a relucir la mejor versión de sí mismo. Ahí es cuando la ayuda de un experto que actúe como ‘dinamizador’ puede resultar fundamental.
Eso sí, no todo el mundo vale para este importante cometido. Desgraciadamente, junto a muchos profesionales contrastados y rigurosos, también abundan muchos gurús de medio pelo que lo único que saben hacer es contaminar con ruido. Por eso es muy importante que a la hora de buscar ese guía que nos devuelva a la carretera, nos aseguremos que elegimos a un profesional acreditado con referencias de otros clientes a los que ayudó en el pasado
¿Es suficiente un taller de una hora, un webinar o un paquete de vídeos para solucionar nuestros problemas? Bueno, todo depende de cuáles sean nuestros objetivos y expectativas. En todo caso, que nadie espera milagros, ni recetas mágicas, ni que estas acciones vayan a cambiarle la vida. Pero, a veces, los milagros no son necesarios. En ciertas ocasiones, basta con una pequeña descarga eléctrica, aplicada en el momento adecuado y con la intensidad justa, para que nos sacudamos de encima el miedo y volvamos a fluir.
Rodéate de los mejores profesionales para que te acompañen en tus planes de mejora. Todo no vale.