¿Qué hace de una empresa un lugar en el que, no solo se pueda trabajar, sino que apetezca hacerlo? ¿Qué elementos convierten a una organización en el mejor destino posible para un lunes por la mañana?
Existen una serie de rasgos comunes compartidos por todas aquellas compañías que han logrado crear un ambiente de trabajo “fun” y saludable para sus trabajadores. Y uno de esos rasgos es que saben realizar una buena gestión emocional en la empresa.
En los entornos actuales, la gestión emocional en la empresa es una de las grandes palancas para que una empresa sea exitosa.
Quieres promover el bienestar de tu equipo de trabajo, lo sabemos.
COMO POTENCIAR LA GESTION EMOCIONAL DE TU EMPRESA
Y es que todos trabajamos menor y somos más productivos en un entorno laboral seguro, estimulante y hasta divertido en el que se nos trata con respeto y hay espacio para canalizar nuestras emociones.
¿Cómo se logra esa magia? Aquí van unos cuantos tips para lograrlo:
- Comunicación y escucha. Una empresa saludable es una empresa en la que la comunicación fluye constantemente y en todas direcciones. Fomentar un entorno en el que se intercambien opiniones de manera habitual, asertiva y respetuosa, en el que todo el mundo tenga la oportunidad de expresarse con libertad y se practique la escucha empática y la pregunta como herramientas de desarrollo es el primer paso hacia una gestión efectiva de las emociones.
- Gestión de conflictos. El conflicto, en forma de divergencia de intereses o pareceres, es inevitable en cualquier colectivo. La diferencia radica en que, mientras que en muchas organizaciones se trata de huir de él o se oculta, en las empresas más exitosas el conflicto se abraza y se aborda como una oportunidad de crecimiento y fortalecimiento de la cohesión interna.
- Feedback. El líder debe ejercer de catalizador e impulsor de una comunicación empresarial saludable. Una retroalimentación constante, constructiva y bidireccional con los colaboradores, que no eluda las conversaciones difíciles y busque la mejora continua, es esencial para dar a las emociones el espacio que necesitan para aflorar dentro de la organización.
- Colaboración. Los ambientes laborales de abundancia no son entornos de trabajo solitario, sino de colaboración. Entornos en los que se “compite”, no se compite, y en los que las aportaciones de los profesionales se enriquecen mutuamente y al conjunto.
- Entorno inclusivo. Las empresas que hacen una buena gestión emocional son compañías que fomentan la diversidad, la equidad y la inclusión, y en las que las personas son tratadas con respeto y de manera justa por superiores y compañeros.
- Líder entrenador. Un ambiente de trabajo armonioso tiene un punto de desafío. Es ahí donde el líder juega un papel clave no solo como la persona que dirige, sino que inspira y fomenta el crecimiento y el aprendizaje de su equipo.
- Bienestar. Una empresa que gestiona bien las emociones es una organización que se preocupa por el bienestar de las personas, se interesa por ellas y cuida su salud física y mental a través de programas específicamente diseñados para ello.
Y todo esto, porque se trata de tener empresas que apuesten por el bienestar emocioanl y físico de las personas que integran sus equipos.
La gestión emocional en el entorno laboral no solo impulsa la productividad y el bienestar de los empleados, sino que también fortalece la cultura empresarial y mejora la reputación de la marca.
Al crear un ambiente donde las emociones son reconocidas, valoradas y gestionadas de manera constructiva, las empresas pueden cultivar relaciones más sólidas entre los miembros del equipo y promover un sentido de pertenencia y compromiso.
Esto a su vez puede conducir a una mayor innovación, creatividad y adaptabilidad ante los desafíos cambiantes del mercado.
En resumen, la gestión emocional es una inversión estratégica que puede generar impactos positivos a múltiples niveles dentro de la organización, ¿hablamos?