Cómo, y por qué, enamorar a tu equipo

Conseguir otra venta, otro contrato, otro cliente han sido, desde siempre, objetivos prioritarios en la agenda empresarial, hasta el punto de llegar a convertirse, con mayor o menor lógica, en una auténtica obsesión para muchas de ellas. El problema es que mientras las compañías ponen todos sus esfuerzos y recursos en lanzarse a la conquista del cliente, que alimentara sus ingresos, a veces, y de forma muy inconsciente, deja desatendido, olvidado, el cuidado de otro actor fundamental en la marcha de una compañía: el cliente interno, los colaboradores, el equipo.

¿Por qué es tan importante enamorarlos

Porque una de las fórmulas más efectivas que existen para atraer clientes para la compañía es cuidando a los propios empleados.

¡Enamorarlos es una ventaja diferencial!

Deja que tus empleados sean tu marca”, defiende Lee Cockerell. El mítico directivo de los parques Disney está convencido de que, si logras darle a tus trabajadores no un empleo, sino un motivo para levantarse cada mañana para acudir a su puesto de trabajo, algo que conectara íntimamente con sus intereses y motivaciones, un “propósito”, conseguirías tener a toda tu organización alineada en torno al objetivo de hacer la experiencia de ese cliente extraordinaria. ¿Te imaginas a tus empleados defendiendo y representando a tu empresa como si fuera suya? Clientes satisfechos, clientes que repiten y clientes que recomiendan tu empresa a otros clientes. ¡Eso es lo que logras cuidando al cliente interno!

Hay muchas formas de trabajar el cuidado de tus empleados, desde beneficios sociales como seguro sanitario, cheques de comida o ayudas con el transporte, hasta sistemas de trabajo que mejoren la conciliación laboral a través de horarios flexibles o la posibilidad de teletrabajar, o el crecimiento profesional a través de la formación, programas de reskilling, upkilling, etc. Y también mediante programas que estimulen el cuidado de la salud, tanto física como mental, de los profesionales en forma de apoyo psicológico, clases de yoga, programas de mindfulness, etc.

Pero al margen de estos factores más tangibles y susceptibles de incorporarse a unas métricas de excel y a un programa de incentivos, existen otros elementos menos obvios, pero mucho más poderosos a la hora de enganchar emocionalmente a un trabajador con su empresa, elementos que actúan simultáneamente como imanes y potenciadores del talento interno.

¿Cuáles son esos factores invisibles que hacen que el compromiso de cada uno de los miembros de la compañía crezca de manera exponencial? Una cultura inclusiva que favorezca la diversidad y en la que todo el mundo se sienta importante y escuchado; unos valores empresariales acordes con los del equipo, que defiendan la sostenibilidad y la igualdad de oportunidades y que se pongan en práctica a diario a través de acciones concretas; un entorno de trabajo agradable, respetuoso, divertido, que combine el factor digital con el humano, y en el que todo el mundo tenga la oportunidad de aportar, aprender, crecer y trabajar en proyectos retadores e ilusionantes.